Hoy por primera vez en el #LunesDeLenguas vamos a cumplir la promesa de hacer un hilo corto. Esta vez hablando de por qué las notas musicales occidentales (do, re, mi, fa, sol, la, si) se llaman como se llaman.
Pero antes de contarles, les voy a dejar que adivinen (no hagan trampa, ¿eh?). Ya, ¿Adivinaron?
La respuesta, por supuesto, es que las notas vienen de la primera estrofa de un himno gregoriano del siglo XI, compuesto en latín por Guido d'Arezzo en honor a Juan el Bautista. Muy bien a todos los que adivinaron.
La estrofa va así en latín:
Ut queant laxis resonare fibris mira gestorum famuli tuorum, solve polluti labiis reatum, sancte Joannes.
Y en español:
Para que puedan exaltar a pleno pulmón las maravillas estos siervos tuyos perdona la falta de nuestros labios impuros, San Juan.
Notarán que en latín la primera sílaba de cada hemistiquio (es decir, cada mitad de verso) coincide casi con las siete notas actuales: ut, re, mi, fa, sol, la, Sa.
Así se ve mejor:
Ut queant laxis Resonare fibris Mira gestorum Famuli tuorum Solve polluti Labii reatum Sancte Ioannes.
Como dije, esto es un himno, así que además de texto, tiene una melodía. Y sucede que cada una de estas sílabas se canta en la nota que ahora representa. “Resonare” comienza en re. “Mira” comienza en mi, etc.
Por eso desde el siglo XI este himno se usaba para enseñar tanto canto como notación musical.
Pero también notarán que dos de estas sílabas cambiaron. La primera fue “ut”. En el siglo XVII el musicólogo Giovanni Battista Doni convenció a sus colegas de que “do” era más fácil para el solfeo (cantar las notas en una partitura diciendo su nombre) porque es una sílaba abierta (es decir, termina en vocal, como las demás notas). Según Doni, “do” era una abreviación de “Dominus” (el señor).
Según algunos de sus rivales, “do” realmente era una abreviación de “Doni”, quien quería pasar a la historia. Realmente nunca lo sabremos. Pero aquí estoy, escribiendo sobre Doni, así que...
La otra sílaba que cambió fue la última. Aunque realmente no cambió sino que fue añadida. La notación que usó d'Arezzo para su himno fue lo que ahora llamamos un hexacordo, es decir, una escala de seis notas. Por lo que la séptima sílaba inicial no representaba nada (ni se canta en si, sino en sol).
Poco después de que Doni hiciera su truco se estandarizaron las escalas de siete notas (que llamamos diatónicas). Para darle nombre a la séptima nota se juntaron las iniciales de Sancte Johanne (la i y la j son la misma letra en latín), que es un vocativo (es decir la forma que toma un nombre cuando uno lo está llamando o invocando) de San Juan. De ahí: si.
En el siglo XIX, la profesora de música inglesa Sarah Anna Glover cambió si por ti para que cada nota comenzara por una letra diferente.
Aunque lo de “ti” sólo pegó en ciertos países anglófonos y sólo para ciertas técnicas de solfeo.
Ahora, qué es, exactamente, una escala musical y por qué algunos de estos nombres pueden representar notas diferentes, según la región, son temas fascinantes pero que se escapan de este hilo.
Por ahora, aquí pueden leer el himno completo: http://www.cpdl.org/wiki/index.php?title=Ut_queant_laxis&oldid=428841
Y aquí lo pueden escuchar cantado: https://www.youtube.com/watch?v=viu-PhML3D8