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Reporteros Sin Fronteras, en su filial latinoamericana, se ha destacado solo por levantar la voz a la hora de las supuestas violaciones que hacen los Estados frente a los #Medios Privados, pero pocas veces ha hecho lo mismo por los periodistas.

Naturalmente como el resto de las filiales de la #ONG, la latinoamericana recopila y diseña bonitos gráficos indicando entre otras cosas, cuantos periodistas son asesinados y cuantos son detenidos y llevados a prisión, o sea, lo básico de su trabajo, pero si uno mira detrás de las cortinas, veremos que gran parte de los responsables ahí, o son empleados o son los propios dueños de los medios privados o privatizados.

Es por esto, que no es de extrañar, que cuando algún país decide por la vía legal hacer reformas para

  • aumentar la pluralidad
  • transparentar la propiedad
  • reducir el poder individual de cada medio
  • democratizar la información

Inmediatamente aparecen los paladines de la defensa del “periodismo” a denunciar atropellos a la “#libertad de (propiedad sobre) la #prensa

Esta fue la actitud que se vio en Ecuador, Argentina, Bolivia, etc.

En Argentina, Clarín levanto una campaña de tal magnitud que consiguió tumbar la reforma a los medios y así salvo su imperio mediático.

Por su parte, la central europea de #RSF pareciera que tiene una actitud algo diferente, ya que los conglomerados mediáticos son “tan poderosos” que ni siquiera tendría sentido exigir mayor pluralidad, así que se conforman con publicar año a año un detallado informe de como ha evolucionado la concentración y de cuanta diversidad todavía pueden esperar las personas.

El panorama es desalentador. La parte mas al norte del continente muestra los mejores indices de pluralidad y libertad del periodismo. Supongo que la escala del resultado del calculo para determinar esos valore han tenido que ser periódicamente aumentados para así conseguir ver realmente diferencias entre los países.

Por cada 100 medios independientes hace 50 años, hoy con suerte encontraremos 5 sobrevivientes. Del resto, mas de la mitad ha desaparecido y el resto pertenece a algún grupo económico. O sea, los intereses económicos son los que deciden que, como, cuanto y cuando informarnos.

Naturalmente los intereses económicos están en muchos casos en contra de la verdad total y prefieren ocultarla, recortarla, encubrirla o hacerla desaparecer.

En esta dirección tenemos por ej. las denuncias de #corrupcion en los partidos de derechas, los bancos, los whistleblower, las policías, los grupos de ultraderecha, etc.

Es mas probable ver en portada de los medios a un politico de izquierdas por ser multado con 25 euros al intentar viajar ilegalmente en el metro a que José María Aznar hubiera estafado y se quedara con millones de Euros en impuestos o que hubiera beneficiado con contratos millonarios a empresas donde el tiene acciones.

Es lo que vemos a diario con grandes consorcios de empresas. Los casos de robo de impuestos, de pagos a empleados públicos, de falsificación de documentos, etc en la mayoría de los casos se publican en la sección económica en donde casi nadie lee.

Esto se ve agravado porque hechos como el no pago del boleto de bus por parte de un alcalde de izquierdas estará presente durante semanas en los medios justamente para reforzar esa imagen. Por el lado opuesto, los casos de corrupción en la derecha son numerosos y aparecen mucho menos y casi nunca sobrepasan la semana de presencia en los medios.

Un caso destacado y representativo de esto fue el escándalo entorno a las empresas de Piñera. Piñera durante los 2 periodos en que fue presidente en Chile se dedicó casi en exclusiva a promover leyes que beneficiaran a sus empresas e intereses económicos de su círculo cercano. Lamentablemente los medios del país han callado constantemente estos escándalos, pues la gran mayoría son de propiedad de sus “amigos”.

En resumen, lo que publican los grandes y masivos medios es mas probable que sea para encubrir hechos aun mas graves de la derecha.

Hasta ahora esta forma de tomar las noticias pocas veces me ha defraudado.


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