Lunes de Lenguas

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¿Alguna vez han tenido que lidiar con alguien que se rehúsa a aceptar que la traducción de “billion” en inglés no es “billón” en español, sino “mil millones”? ¿Alguna vez alguien les ha dicho, incorrectamente pero con total confianza, que en el planeta hay unos ocho billones* de personas? ¿Alguna vez se han preguntado por qué esta discrepancia? Pues hoy tienen miles de millones de razones para celebrar, porque en el #LunesDeLenguas de hoy, les voy a contar sobre las escalas larga y corta.

Ambas escalas son sistemas para nombrar potencias de 1000 (pero que aquí voy a escribir como potencias de 10, porque me ahorro espacio). Hasta 10^6 todo va bien, todo está muy tranquilo, porque en ambas escalas este número (1000000) se llama “millón” (que es una palabra que deriva de la palabra latina “mille” (“mil”) y que quiere decir “tremendo mil”, “cipote mil”, “flor de mil”, o “un mil grande”). El verdadero problema comienza después.

En la escala corta, que es la que se usa en el mundo angloparlante, 10^9 se llama “billion”. Pero en la escala larga, que es la que usamos en español y en las demás lenguas romances (entre otras), tenemos otro nombre para este número: “un millardo”. Si bien es más común en español ahora decir “mil millones”, en otras lenguas, como en italiano, sí es común decir “miliardo”.

Y en la escala corta 10^12 se dice “trillion”, pero en la escala larga decimos “billón”.

Lectoras avezadas se habrán dado cuenta ya del patrón. La escala larga está basada en millones. En esta escala, un billón es “un millón dos veces” (1000000^2). Un trillón es “un millón tres veces” (1000000^3) y así sucesivamente.

Pero la escala corta está basada en miles (comenzando desde un millón). Un “billion” es el segundo paso en la escala: un millón multiplicado por mil. Un “trillion” es el tercer paso en la escala: un “billion” multiplicado por mil” Y así sucesivamente.

La escala larga, además, tiene otros nombres para sus potencias de 1000 que quedan entre potencias de millones. Estos siguen el formato de “millardo” descrito más arriba. Por ejemplo, 10^15, que es mil billones, es un billardo. Y 10^21, que es mil trillones, es un trillardo. Nombres que estoy seguro que todos usamos diariamente.

Pero, ¿cómo llegamos a esta diferencia? El asunto es que contar con números tan grandes es bien complicado.

De hecho, por lo menos en el mundo occidental, no era común contar hasta números tan altos hasta ya entrado el Medioevo. Los numerales romanos originales, por ejemplo, no tenían un símbolo para “mil”. Aunque sí tenían maneras de escribir ese número, la M fue agregada en el Alto Medioevo: https://latin.stackexchange.com/questions/21169/what-was-the-symbol-used-for-one-thousand-in-ancient-rome

Y la primera instancia de alguien usando la palabra “millón” está atribuida a un tal Máximo Planudes y data del Siglo XIII d.C.: https://en.wikipedia.org/wiki/Maximus_Planudes

Ambas escalas se desarrollaron más o menos paralelamente, desde el Siglo XIII en adelante. Pero no tenemos claro quién se las inventó o por qué. Y por mucho tiempo no era claro quién estaba usando qué escala.

Por ejemplo, aunque en Francia ahora la escala larga es la estándar, durante los siglos XVIII y XIX la mayoría de académicos franceses prefirieron la corta. Los estadounidenses se pasaron a la escala corta desde el siglo XVIII, pero los británicos siguieron en la larga hasta el XX.

De hecho, en 1974 el Reino Unido, quizás impulsado por el peso del inglés estadounidense en el mundo, oficializó su paso a la escala corta.

Y toda esta situación es tan confusa que sólo fue un año después de esto, en 1975, que a alguien se le ocurrieron los nombres “escala larga” y “escala corta”. Ese crédito es de la matemática francesa Geneviève Gutiel, quien acuñó los nombres en francés: “échelle longue” y “échelle courte”.

Actualmente casi todo el mundo (excepto Grecia y la mayoría del oriente asiático, que usan otros sistemas interesantes a los que llegaremos algún día, pero que han sido brevemente reseñados en #PalabrasEficientes) se divide entre ambas escalas.

En este mapa pueden ver que la mayoría de Europa, buena parte de África y todo el mundo hispanoparlante está en la escala larga. Todo el mundo anglófono está en la escala corta: https://en.wikipedia.org/wiki/Long_and_short_scales#/media/File:EScalas_corta_y_larga.svg

En portugués usan la escala larga... Excepto Brasil que siempre ha querido ser diferente.

En algunos países, como Canadá, se usan dos (o más) lenguas que usan dos escalas diferentes (la corta en inglés y la larga en francés). Y en el mundo árabe y en la mayoría del eslavo se usa la escala corta, pero también usan la palabra “millardo”. No sé cómo funciona en cada uno de estos, pero sé que en ruso “millardo” y “billón” son sinónimos (y significan “mil millones”).

Si quieren entender mejor las escalas, les recomiendo este video: https://www.youtube.com/watch?v=C-52AI_ojyQ

Y si quieren saber más de su historia, les recomiendo este link: https://en.wikipedia.org/wiki/Long_and_short_scales

Un billón de gracias.

*En el planeta Tierra hay aproximadamente ocho mil millones de personas. U ocho millardos, que es lo mismo.

En el regreso triunfal de este #LunesDeLenguas, quiero descargar todo el peso del trabajo a alguien más. Ese alguien más es la escritora argentina Marina Berri, quien el año pasado publicó el libro “Alfabeto ruso”.

La idea del libro es que Berri, quien vivió un tiempo en Rusia y es lingüista, escribió un breve ensayo por cada letra del alfabeto cirílico, inspirado por una palabra rusa que comenzara por esa letra (de hecho, dos: una con mayúscula y otra con minúscula)

https://ladiligencialibros.com/producto/alfabeto-ruso/?srsltid=AfmBOoo2mKz-lH_zhYkNtWCIVDALlf4IUoaxA7nISGdzbZLpbgDvE4XL

El libro me gustó mucho porque entre sus fragmentos va revelando esas pequeñas diferencias idiomáticas y culturales que van definiendo lo que consideramos el alma de una nación.

Pero no vengo a hablarles de eso, sino de algo más sencillo: algunas de las palabras y expresiones rusas que Berri menciona, yo no conocía y, además, me parecieron interesantes.

La mayoría de entradas del libro no van sobre peculiaridades lingüísticas, así que les recomiendo leer todo el libro para conocer las demás.

El alfabeto cirílico es con el que se escriben el ruso, varias otras lenguas eslavas más y, por ley, varias lenguas regionales de Rusia que no son eslavas, como mencionamos en otro LDL: https://col.social/@derpoltergeist/112833814704525033

El cirílico fue inventado en algún punto entre los siglos IX y X d.C. por monjes ortodoxos en la actual Bulgaria, quienes adaptaron letras griegas para sus necesidades eslavas y religiosas y lo bautizaron en honor de un tal San Cirilo. Pero esa es una historia para otro día.

Lo que nos importa ahora es que el cirílico es, como el latino, un alfabeto en el que una letra corresponde (más o menos) a un sonido y en el que, también, los nombres propios comienzan con mayúscula.

Y la primera entrada que les compartiré, es la de la а: алогизм (aloguízm), es decir, “alogismo”. Este es un tipo de lógica que no tiene lógica y que le encanta a Gogol. En “Almas muertas”, por ejemplo, un personaje dice: “Usted tiene todo. Incluso todavía más”.

“¿Pero cómo se puede tener todavía más que todo?”, se pregunta Berri. No se puede y ahí está la belleza del alogismo.

En la entrada братские могилы (brátskie moguíli) aprendí justamente esta expresión (que literalmente significa “tumbas fraternales”, pero que quiere decir “fosa común”) y comprobé una intuición de la que ya he hablado por acá: que en ruso todo es susceptible de volverse un adjetivo.

Berri escribe: “en ruso hay muchos adjetivos. No dicen 'de frutilla', sino 'afrutillado'. No dicen 'de hierro', sino 'férreo'. Incluso pueden decir 'de Iván', como en 'La infancia de Iván', con un adjetivo”.

Berri no lo escribe, pero esto último (que es una película de Tarkovski) es Иваново детство (Ivánovo détstvo), que, en efecto, es algo como “la infancia ivanesca”, lo cual me parece muy divertido.

Luego sigue Berri: “además, algunos adjetivos tienen truco: заразный (zarázni) y заразительный (zarazítelni) significan 'contagioso', pero dos tipos de contagio distintos, el de la enfermedad y el de la risa”.

En Бродский (por el escritor Joseph Brodsky) hay una palabra que ya conocía y me encanta: полтора (poltorá): “uno y medio”. Berri dice que esta palabra ha cambiado su español: “suelo decir unoymedio, me resulta cómodo: unoymedio mes, unoymedio kilómetro, unaymedia hora”.

También cuenta que Brodsky escribió un ensayo (en inglés) titulado “In a Room and a Half”, que en ruso sería, justamente, Полтора комнаты, sobre el lugar en el que vivía en San Petersburgo/Leningrado antes de exiliarse.

Y aquí dos palabras nuevas para mí: “Después de la revolución empezaron a dividir los cuartos [del edificio de San Petersburgo]; primero construyeron paredes de madera contrachapada, después de ladrillo. Se asoma el verbo подселить (podselít), algo así como instalar a alguien (вселить, vselít) por debajo (под, pod) de la mesa. El sovietismo que se trasluce es уплотнение (uplotnénie): hacer que las viviendas se vuelvan densas, es decir, instalar en una casa a muchas personas”.

En вюга (viúga) enumera palabras que describen diferentes tipos de tormentas: метель (metiél), буран (burán), пурга (purgá)

“La diferencia entre ellas en principio estriba (...) en que en una metél la nieve se mueve a lo largo del suelo, en cambio durante una viúga la nieve gira y se arremolina. Cuando hay burán la nieve se levanta hacia arriba y se desploma, además suele soplar un viento huracanado. Una purgá no gira como viúga ni barre como una metél, sino que llena el aire de polvo nevado”.

Luego Berri habla de dos palabras, también nuevas para mí, ambas derivadas de двор (dvor), una palabra que se suele traducir como “patio”, pero que se refiere a los espacios con pasto, públicos, entre edificio y edificio.

Una de estas palabras es es дворняжка (dvorniázhka): un perro callejero que habita estos patios.

La otra es дворник (dvórnik): un barrendero que limpia esos patios.

Y una más para terminar por hoy: Berri se encuentra con la palabra захолустье (zajolústie). Una amiga rusa le dice que significa “lugar alejado de la cultura”. Pero realmente es el nombre de un pueblo (cuyo nombre significa “detrás del matorral”), que está en el oblast de Pskov, cerca a la frontera con Estonia y cuya población, oficialmente, es 0.

https://ru.wikipedia.org/wiki/%D0%97%D0%B0%D1%85%D0%BE%D0%BB%D1%83%D1%81%D1%82%D1%8C%D0%B5

Este es, digamos, el proverbial rincón en medio de la nada.

Un lugar al que nadie iría... excepto estos dos blogueros: https://ejway.ru/world/russia/malyy-akhun/zakholuste/

Por aquí dejamos, pero hay otras cosas interesantes con las que seguiremos en otra ocasión. До свидания.